lunes, 30 de septiembre de 2019

¡Los ángeles están ahí!







Cuando se nos planteó la actividad, al comienzo nunca pensé ir a leer la carta de los ángeles, pensé en algo paranormal, pues siempre me ha gustado el tema y es algo que nunca había hecho. Sin embargo, con mi amiga Mariana nos llegó la idea de hacer este ejercicio de los ángeles ya que ambas creemos en eso y era algo que nos sacaba de nuestra zona de confort. Averiguamos varios sitios, pero eran demasiado costosos (entre 100.000 y 350.000 pesos). Decidimos ir con un recomendado de Mariana, pues salía mucho más económico y, adicional, era alguien seguro.

Tengo que decir que ese día no fue nada fácil. En mi vida están pasando cosas que probablemente no son tan buenas. Fui con la esperanza de encontrar una guía en los ángeles. Sin embargo, algo escéptica, pues siempre he creído en muchas cosas, pero nunca con un 100% de seguridad.
Llegué a la estación de aguas en la candelaria, algo perdida y también algo tarde, por lo que tuve que coger taxi que me subiera hasta la Universidad Externado. Me encontré con mi amiga en la entrada y corrimos lo que parecía una maratón. Para aquellos que no conocen la Externado, es prácticamente una loma y para trasladarte de un edificio a otro tienes que subir mil escaleras. La verdad me costaría mucho estudiar ahí.
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Cuando llegamos y nos encontramos con Juan Bautista sentí algo muy particular en él. Tenía unas cartas en su mano derecha con un aspecto bastante agradable. La caja de las cartas era de color azul celeste y él tenía una energía que transmitía paz y serenidad.

Se sentó primero con mi compañera y luego conmigo en una mesa apartada de la cafetería del edificio H de la Universidad Externado. ¿crees en los ángeles? Me preguntó. A lo que respondí que sí, que mi mamá y yo teníamos una gran fe en ellos y que así mismo pensaba que se manifestaban ante mi de muchas formas. Por ejemplo, en mi casa y en muchos lugares particulares se aparecen plumas blancas pequeñas que tanto mi mamá como yo cargamos y coleccionamos porque para nosotras son la manifestación de los ángeles.


Me habló un poco acerca de él, de su recorrido, de cómo llegó a realizar este trabajo y de qué manera se llevaría a cabo la lectura.

Al iniciar la sesión de lectura de cartas Juan me dejó muy claro algo, que a pesar de que los ángeles me darían una guía y unos mensajes, esa lectura no reemplazaría una ayuda profesional ni él se haría responsable por lo que yo decidiera hacer con el mensaje que él me transmitiría en unos instantes. Yo accedí, pues soy muy consiente que él es un intermediario, pero siempre debe existir el cuidado y la cautela con este tipo de cosas que no conocemos. Adicional recuerdo que el profesor Cobos nos recalcó bastante lo siguiente: “no nos podemos dejar llevar por aquello que estamos investigando, siempre debemos mantener una mirada y una posición critica frente a todo lo que estamos haciendo”.
Al iniciar, me preguntó con qué mano escribo, le respondí que con la derecha por lo cual me hizo coger el mazo de cartas con la mano izquierda. Me pidió que le diera un golpe a manera de puño a las cartas para liberar energía de estas y a su vez me pidió que colocara las cartas en mi corazón e hiciera una oración, pensamiento o mensaje para los ángeles. Acto seguido me dijo que seleccionara 10 cartas de cualquier parte del mazo. Así lo hice y salieron cartas de colores muy muy bellos. Había unas con figuras extrañas, otra con algo que parecía un árbol de muchos colores, una con una mujer vestida de blanco y muchas imágenes más que no entendí. Él colocó las cartas en un orden específico y me preguntó algo que creo que fue lo que más marcó la lectura de aquel día.

- ¿alguna pregunta que quieras hacerles?
- “En mi vida no están pasando cosas buenas y quisiera saber de qué forma me pueden guiar y aconsejar” eso fue lo único que le dije, nunca le mencioné la situación que estaba cruzando ni nada en especifico de mi situación.

Digo que fue lo que más marcó la lectura porque a pesar de que no le brindé ningún dato de mi vida, lo que me diría después sería muy acertado y me dejó muy sorprendida.
Duró unos minutos interpretando las cartas que había elegido y cuando por fin tuvo el mensaje a decirme me dijo cosas que seguramente por mi vida privada, no compartiré en su totalidad en esta bitácora, pero tengo para decir que logró sorprender mucho mi mente. Por ejemplo, me dio detalles específicos de mi personalidad. Me dijo que yo era una persona que quería tener todo planeado, que estaba pasando por una situación donde yo debía dejar de cargar con pesos que no me correspondían y tenía que sacar más tiempo para mi y para las cosas que me gustaban.
Seguramente para muchos sean cosas que una persona puede decir al azar y atinarle, pero sus descripciones y comentarios respecto a mi vida lograron impresionarme. Recuerdo mucho el momento en el que me dijo que seleccionara el color que más me gustaba de una carta (escogí el color amarillo, pues fue el primero que vi y el que más me llamó la atención). Luego de esto me dijo “Te estás estresando mucho últimamente, ¿no?” A lo cual respondía que sí, me afirmó que debía dejar de hacerlo, pues la gastritis que estaba desarrollando era a raíz de eso. Aún no puedo creer que me haya dicho algo tan acertado si conocerme ni saber que esa molestia de gastritis está empezando no hace mucho tiempo.  


Me aconsejó empezar a practicar la meditación, pues eso ayudaría a manejar la situación que estoy atravesando. No es algo que esté haciendo, pero lo contemplé. Es ahí cuando tú como investigador puedes sacar buenos consejos y prácticas. Pero, por otro lado, desechar aquello que no funciona o puede afectar tus valores y vida.

Ahora que lo pienso el ambiente se prestaba para ser una charla muy de consejos, de que él interpretara todo aquello que podía ver en esas cartas que había escogido. Por último, me dijo que me contactara más seguido con los ángeles, que en ellos encontraría la respuesta a muchas cosas. Que no tuviera miedo a creer, pues él sabía que yo en ocasiones dudaba de la existencia o del poder que ellos podían generar en las personas.

Le pregunté cual era la forma más acertada de comunicarme con ellos. Me dijo que no existía ninguna forma en específico. Simplemente me hizo entender que todo va mucho en la energía y en la manera en que yo sienta una conexión muy fuerte con mis ángeles.

Creo que la manera más acertada será escribiendo cartas, no soy muy buena orando ni concentrando mis pensamientos en frases dirigidas a energías externas a mi vida. Pienso que fue un ejercicio que me cayó como anillo al dedo, pues no solo me reconfortó, sino que funcionó mucho para guiarme en aquello que quería como respuesta. Salí renovada y como si al hablar con él hubiera liberado mucho estrés que estaba manejando.  


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