Llegué
a la universidad a eso de las 7:10 de la mañana,pues vivo bastante lejos y llegar a clase de 8 es una misión imposible. Cuando me disponía a bajarme
del carro en el que venía, una de mis amigas me propuso ir a desayunar al
MacDonald’s de Chía. Al comienzo respondí que no, pues ya había desayunado,
pero fue tan insistente que decidí decir que sí. Salimos de la universidad
caminando a un paso lento ya que mi amiga tenía un esguince en su pie derecho
grado 2. Llegamos al MacDonald’s, desayunamos y cuando nos dimos cuenta
faltaban 10 minutos para las 8 de la mañana. Yo solo pensaba en porqué había
decidido ir a comer con tan poco tiempo para hacer esa actividad. Soy una
persona que odia mucho la impuntualidad y fue lo primero que hice esa mañana.
Llegar tarde.
Cuando
llegué al salón, me senté al lado de mi compañera Mariana Quiza. Estaban
empezando a leer lo que creo fue la primera bitácora de la clase. La bitácora
de mi compañero Ever Felipe Ruiz fue la escogida para dicha acción. Mientras
todos íbamos siguiendo la lectura desde nuestros computadores, íbamos anotando
lo que nos parecía interesante de la clase o simplemente los comentarios del
profesor. Finalizada la lectura, hablamos un poco de la importancia de llevar
un registro de lo que nos acontece. “como profesionales debemos promover la
cultura del registro” no dijo el profesor. Llevar un registro nos ayuda mucho a
recordar mejor la información y a tener siempre a la mano todo lo que
realizamos. Recordé que por eso muchos necesitamos anotar absolutamente todo en
nuestros cuadernos o computadores, para poder recordar todo más rápido y fácil.
Acto
seguido, el profesor nos preguntó si alguno de nosotros deseaba que leyeran
nuestras bitácoras. Sin embargo, ninguno sintió la suficiente confianza como
para hacer dicho acto. El profesor nos habló de la importancia de perder la pena,
de desarrollar nuestro papel como comunicadores sociales y nos mostró una frase
que a mí parecer fue muy acertada: “la lectura hace al hombre completo, la
conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso” hablamos un poco en
torno a esa frase y a la importancia de ir poco a poco perdiendo esa pena de
leer nuestros escritos en clase.
Decidimos
que leeríamos dos bitácoras más y procederíamos al inicio de la clase en forma. Leímos la bitácora de mi compañera Gabriela Urrea y la de mi compañero Diego
Sandoval. Él fue el primero en atreverse a que leyéramos su bitácora en clase,
por voluntad propia. En ese momento me preocupé, pues en ambas bitácoras se
habló de la impuntualidad que tanto odia el profesor. Yo solo pensaba en que
había llegado tarde y justo ese día fue un tema central en la lectura de las
bitácoras. Hablamos de si los celadores de la universidad eran todos
venezolanos o solo provenían de Barranquilla, lo cual a varios nos causó bastante gracias.. Terminamos hablando que la escritura se
debe tonificar, que es un músculo que se debe tonificar y trabajar para
perfeccionar ese arte.
Hablando
de escribir, el profesor nos mostró un correo que simplemente tenía adjunta la
bitácora sin mensaje de saludo o presentación alguna. Nos habló de la
importancia de siempre saludar y terminar un correo con la firma digital.
Adicional, por primera vez en mi vida entendí la diferencia entre esos dos
items que siempre hay en un correo: Cco= a copia oculta y cc= a notificar correo. En
ese momento me voltee y le dije a mi compañera que siempre había pensado que cc
era cédula o algún documento de identificación. Me reí mucho.
Al
terminar de leer las bitácoras, el profesor nos explicó lo que pretende que
logremos realizar a medida que vamos realizando más y más
bitácoras. Explicó que existen 4 etapas por las cuales debemos pasar
durante la escritura de nuestras bitácoras. La primera, la etapa literal, lo
explicito, lo que podemos observar. La segunda, la fase inferencial, donde ya
debemos comprender, analizar y, a diferencia de lo explicito de la etapa
literal, acá se basa en lo implícito. La siguiente fase se llama: fase
intertextual, se define como una etapa donde debemos hacer conexiones, unificar
temas que antes hayamos visto y hacer relaciones entre diferentes temas. Ya,
por último, está la parte analítica donde debemos ser autónomos y propositivos
respecto a lo que estamos escribiendo.
Teniendo
en cuenta lo anterior, el profesor nos mostró la dinámica de como sería la
entrega de las bitácoras de ahora en adelante. Nos solicitó que creáramos un
blog. Podía ser en Blogger o en alguna otra aplicación que nos gustara para
realizar ese trabajo. Siempre quise tener un blog, pero nunca supe sobre que
tema escribir. Es mi oportunidad, pensé. Cuando abrí mi blog, me distraje
bastante ya que empecé a decorarlo, a cambiar el fondo, las imágenes y empecé a
pensar en que ponerle para que se viera mejor.
Duré
aproximadamente 10 minutos buscando la mejor imagen para mi bitácora. Cuando
levanté mi cabeza había un video en el proyector que estaba hablando de como
absolutamente todo lo que compartimos, todo lo que creemos que está oculto en
la web, en realidad no está tan oculto y todo lo que hacemos en la web está
totalmente intrínseco en nuestras vidas. El profesor dijo algo que, a pesar de
que varias personas nos han dicho lo mismo, ninguno o por lo menos yo, sienta
cabeza respecto al hecho de que actualmente, para encontrar un trabajo es
indispensable que nuestras redes sociales sean serias. En ese momento solo
podía pensar en que durante muchos días y meses he compartido muchos memes que
pueden llegar a ser perjudiciales a la hora de buscar un empleo. También pensé
en que muchos de esos memes han sido algo en contra de los uribistas y, aunque no me desvivo por
trabajar para RCN, por ejemplo, uno nunca sabe en que momento deba tocar ciertas puertas
durante la vida.
Mientras
estoy escribiendo esta bitácora, recuerdo que la profesora de teoría Ana María
Olivos nos pidió que viéramos un documental llamado “Nada es privado”. El
documental cuenta como una compañía llamada “Cambridge Analytics” tomó datos de
muchos estadounidenses para hacer publicidad de públicos específicos y que,
según sus gustos, cambiaran su voto para estar a favor de Donald Trump. En ese
momento hice una relación entre dos clases de la universidad y adicional
establecí un comportamiento que todos han querido que caigamos en cuenta.
Debemos tener cuidado con lo que compartimos en nuestras redes sociales y en la
red en general, pues no sabemos quién está usando esos datos para su beneficio
propio. Vivimos vigilados, pensé. Me asusté, pero de todas formas siento que la
situación nos sigue pareciendo algo ajeno ya que nunca hemos enfrentado una
situación grabe con respecto a nuestros datos personales.
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