miércoles, 7 de agosto de 2019

¡Nos vigilan! Semana #2




Llegué a la universidad a eso de las 7:10 de la mañana,pues vivo bastante lejos y llegar a clase de 8 es una misión imposible. Cuando me disponía a bajarme del carro en el que venía, una de mis amigas me propuso ir a desayunar al MacDonald’s de Chía. Al comienzo respondí que no, pues ya había desayunado, pero fue tan insistente que decidí decir que sí. Salimos de la universidad caminando a un paso lento ya que mi amiga tenía un esguince en su pie derecho grado 2. Llegamos al MacDonald’s, desayunamos y cuando nos dimos cuenta faltaban 10 minutos para las 8 de la mañana. Yo solo pensaba en porqué había decidido ir a comer con tan poco tiempo para hacer esa actividad. Soy una persona que odia mucho la impuntualidad y fue lo primero que hice esa mañana. Llegar tarde.

Cuando llegué al salón, me senté al lado de mi compañera Mariana Quiza. Estaban empezando a leer lo que creo fue la primera bitácora de la clase. La bitácora de mi compañero Ever Felipe Ruiz fue la escogida para dicha acción. Mientras todos íbamos siguiendo la lectura desde nuestros computadores, íbamos anotando lo que nos parecía interesante de la clase o simplemente los comentarios del profesor. Finalizada la lectura, hablamos un poco de la importancia de llevar un registro de lo que nos acontece. “como profesionales debemos promover la cultura del registro” no dijo el profesor. Llevar un registro nos ayuda mucho a recordar mejor la información y a tener siempre a la mano todo lo que realizamos. Recordé que por eso muchos necesitamos anotar absolutamente todo en nuestros cuadernos o computadores, para poder recordar todo más rápido y fácil.
Acto seguido, el profesor nos preguntó si alguno de nosotros deseaba que leyeran nuestras bitácoras. Sin embargo, ninguno sintió la suficiente confianza como para hacer dicho acto. El profesor nos habló de la importancia de perder la pena, de desarrollar nuestro papel como comunicadores sociales y nos mostró una frase que a mí parecer fue muy acertada: “la lectura hace al hombre completo, la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso” hablamos un poco en torno a esa frase y a la importancia de ir poco a poco perdiendo esa pena de leer nuestros escritos en clase. 


Decidimos que leeríamos dos bitácoras más y procederíamos al inicio de la clase en forma. Leímos la bitácora de mi compañera Gabriela Urrea y la de mi compañero Diego Sandoval. Él fue el primero en atreverse a que leyéramos su bitácora en clase, por voluntad propia. En ese momento me preocupé, pues en ambas bitácoras se habló de la impuntualidad que tanto odia el profesor. Yo solo pensaba en que había llegado tarde y justo ese día fue un tema central en la lectura de las bitácoras. Hablamos de si los celadores de la universidad eran todos venezolanos o solo provenían de Barranquilla, lo cual a varios nos causó bastante gracias.. Terminamos hablando que la escritura se debe tonificar, que es un músculo que se debe tonificar y trabajar para perfeccionar ese arte.   
Hablando de escribir, el profesor nos mostró un correo que simplemente tenía adjunta la bitácora sin mensaje de saludo o presentación alguna. Nos habló de la importancia de siempre saludar y terminar un correo con la firma digital. Adicional, por primera vez en mi vida entendí la diferencia entre esos dos items que siempre hay en un correo: Cco= a copia oculta y cc= a notificar correo. En ese momento me voltee y le dije a mi compañera que siempre había pensado que cc era cédula o algún documento de identificación. Me reí mucho. 
Al terminar de leer las bitácoras, el profesor nos explicó lo que pretende que logremos realizar a medida que vamos realizando más y más bitácoras. Explicó que existen 4 etapas por las cuales debemos pasar durante la escritura de nuestras bitácoras. La primera, la etapa literal, lo explicito, lo que podemos observar. La segunda, la fase inferencial, donde ya debemos comprender, analizar y, a diferencia de lo explicito de la etapa literal, acá se basa en lo implícito. La siguiente fase se llama: fase intertextual, se define como una etapa donde debemos hacer conexiones, unificar temas que antes hayamos visto y hacer relaciones entre diferentes temas. Ya, por último, está la parte analítica donde debemos ser autónomos y propositivos respecto a lo que estamos escribiendo.
Teniendo en cuenta lo anterior, el profesor nos mostró la dinámica de como sería la entrega de las bitácoras de ahora en adelante. Nos solicitó que creáramos un blog. Podía ser en Blogger o en alguna otra aplicación que nos gustara para realizar ese trabajo. Siempre quise tener un blog, pero nunca supe sobre que tema escribir. Es mi oportunidad, pensé. Cuando abrí mi blog, me distraje bastante ya que empecé a decorarlo, a cambiar el fondo, las imágenes y empecé a pensar en que ponerle para que se viera mejor. 

Duré aproximadamente 10 minutos buscando la mejor imagen para mi bitácora. Cuando levanté mi cabeza había un video en el proyector que estaba hablando de como absolutamente todo lo que compartimos, todo lo que creemos que está oculto en la web, en realidad no está tan oculto y todo lo que hacemos en la web está totalmente intrínseco en nuestras vidas. El profesor dijo algo que, a pesar de que varias personas nos han dicho lo mismo, ninguno o por lo menos yo, sienta cabeza respecto al hecho de que actualmente, para encontrar un trabajo es indispensable que nuestras redes sociales sean serias. En ese momento solo podía pensar en que durante muchos días y meses he compartido muchos memes que pueden llegar a ser perjudiciales a la hora de buscar un empleo. También pensé en que muchos de esos memes han sido algo en contra de los uribistas y, aunque no me desvivo por trabajar para RCN, por ejemplo, uno nunca sabe en que momento deba tocar ciertas puertas durante la vida.
Mientras estoy escribiendo esta bitácora, recuerdo que la profesora de teoría Ana María Olivos nos pidió que viéramos un documental llamado “Nada es privado”. El documental cuenta como una compañía llamada “Cambridge Analytics” tomó datos de muchos estadounidenses para hacer publicidad de públicos específicos y que, según sus gustos, cambiaran su voto para estar a favor de Donald Trump. En ese momento hice una relación entre dos clases de la universidad y adicional establecí un comportamiento que todos han querido que caigamos en cuenta. Debemos tener cuidado con lo que compartimos en nuestras redes sociales y en la red en general, pues no sabemos quién está usando esos datos para su beneficio propio. Vivimos vigilados, pensé. Me asusté, pero de todas formas siento que la situación nos sigue pareciendo algo ajeno ya que nunca hemos enfrentado una situación grabe con respecto a nuestros datos personales.


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